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Es una instalación que dispone de módulos fotovoltaicos para convertir la radiación solar en energía eléctrica. Puedes consumir toda la energía que generas gratuitamente, almacenar los excedentes en baterías verterla a la red recibiendo una retribución por ello.
Son muchas las razones tienes para valorar generar tu propia electricidad. Estas son algunas:
Actualmente, la opción que te recomendamos es una instalación fotovoltaica conectada a red sin baterías. Quizás en el futuro sea más interesante otra combinación, a día de hoy el autoconsumo es una gran medida de ahorro energético.
Se pueden hacer diferentes clasificaciones según el criterio seleccionado. Por hacerlo fácil, simplificaremos en 2 tipos:
Sistema independiente de la red eléctrica. Es muy común en zonas donde no llega el suministro eléctrico o las condiciones económicas para hacerlo llegar son muy desfavorables.
Sistema de generación solar que se conecta a la red eléctrica. Pueden utilizarse para autoconsumir la energía generada o para su venta.
Cada panel o módulo fotovoltaico está formado por un conjunto de células solares, estas son las responsables de convertir los fotones provenientes del la luz solar en electricidad basándose en el efecto fotovoltaico (propiedad que tienen determinados materiales y que les permite producir una corriente eléctrica cuando incide una radiación lumínica sobre ellos).
Las células solares son de silicio cristalino, el monocristalino da un rendimiento directo del 15-18% y el policristalino de 12-14%.
La producción del panel fotovoltaico depende de la irradiancia que reciban sus células, cuanto mayor sea esta, mayor será la intensidad en las células del panel y mayor la producción de electricidad. La corriente eléctrica que se genera en las placas es continua y su tensión será de 12V, 24V, 48V.
Es el dispositivo responsable de convertir la corriente continua generada en las células en corriente alterna (220 V, 50 Hz) lista para poder con consumirla. Hay diferentes tipos de inversores, monofásicos o trifásicos, para instalaciones conectadas a red o instalaciones aisladas, etc.
Soporte que sujeta las placas solares. Deben ser ligeras y resistentes para soportar el peso de las placas y las inclemencias climatológicas (viento, nieve…). Dependiendo de la instalación se pueden montar en horizontal o con una determinada inclinación.
De cualquier forma, debe cumplir con el Código Técnico de la edificación y demás normativas de aplicación.
Sistemas de almacenamiento para aprovechar la energía eléctrica generada y no consumida. Transforman la energía eléctrica en energía química para almacenarla y después la vuelven a transformar en energía eléctrica lista para consumir.
Se ponen en instalaciones aisladas (por necesidad) y en ocasiones en instalaciones conectadas a red. A día de hoy no es muy interesante debido a que incrementan mucho la inversión y tienen un tiempo de vida con un rendimiento razonable menor a 10 años.
Como cualquier instalación eléctrica lleva un cableado que cumple con la normativa y que conectará los diferentes elementos. La instalación debe contar con protecciones eléctricas que garanticen que pueda funcionar en condiciones adecuadas de seguridad.
Elemento clave (en nuestra opinión), aunque muchas veces se infravalora o se desprecia, la visualización y seguimiento de los parámetros más importantes de la instalación asegurará un correcto funcionamiento del sistema.
Con la monitorización no solo sabrás lo que se produce y lo que se consume, podrás supervisar el rendimiento de la instalación, anticipar averías o realizar tareas de mantenimiento que asegurarán que todo funciona en condiciones óptimas.
Actualmente la tecnología solar fotovoltaica ha alcanzado su madurez tecnológica y ha reducido mucho su coste. Por otro lado, el precio de la electricidad ha ido aumentando los últimos años (y lo seguirá haciendo), con lo que es una buena oportunidad para dejar de depender tanto de un mercado como el eléctrico que en ocasiones puede comprometer tu ajustado margen de beneficio.
El sistema se alimenta de una fuente de energía natural que depende de la irradiación solar, no podemos generar los kWh cuando queremos, pero tenemos muchas horas al día de sol.
Si quieres mejorar mucho el rendimiento de la instalación y el ahorro generado, debes conocer la curva de carga eléctrica y ajustar correctamente los periodos de consumo.
Una instalación fotovoltaica se suele amortizar en menos de 7 años, en algunos casos incluso en menos tiempo. Las placas tienen una producción garantizada en sus primeros 25 años, donde perderán como máximo un 20% de su rendimiento, por ello, tienes una gran oportunidad de ahorro al alcance de tu mano.
La experiencia de los años nos dice que casi seguro tendrás margen para pagar menos en tu factura eléctrica.
Ponemos a tu alcance una sencilla herramienta que te ayudará a calcular tu ahorro disponible anual.
Va, compruébalo tú mismo.
Sin miedo hombre.
Es gratis.
G-r-a-t-i-s.
Sólo para que compruebes de forma rápida cuánto pagas de más.